El masaje es una técnica terapéutica que manipula los tejidos del cuerpo. Puede ser superficial y profundo, depende del tipo de masaje y para que se requiera.
En general, el masaje es un medio a través del cual puede devolverse al cuerpo la armonía y el equilibrio. Cualquiera que se haya sometido a un masaje a visto sus efectos. El masaje es relajante por excelencia, pero puede usarse de diferentes formas de modo que se enfoque en diferentes sistemas del cuerpo.
Todo masaje inicialmente actúa sobre el sistema nervioso del cuerpo, sus efectos relajantes que ayudan a combatir efectivamente el estrés no tienen discusión. Los diferentes tipos de masaje son en su mayoría técnicas milenarias con gran sabiduría e información del funcionamiento del cuerpo humano físico y energético. Sin embargo en nuestra cultura occidental se ha extendido el uso del masaje como una serie de protocolos y manipulaciones sin mirar más allá la fabulosa incidencia de éstas en los tejidos y órganos del cuerpo. Sus efectos van desde el cuerpo físico, hasta la psique, ayudando a sanar emociones reprimidas.
Un masaje bien enfocado es aquel que el terapeuta "ajusta" a medida que siente y ve ciertas anomalías en los tejidos. Algunas son a simple vista como las venas varices, pero otras se sienten a medida que se manipula el tejido. Es en este momento en que la presión, las manipulaciones, la dirección y los estímulos externos aplicados pueden cambiar drásticamente. Adicionalmente, el terapeuta debe aprender el lenguaje de la sensibilidad en sus manos y dedos y entender que nuevo enfoque dar al tratamiento, de acuerdo a la información recibida por estos.
El masaje puede ser altamente curativo, en especial para las múltiples enfermedades que son tan comunes hoy en día y cuyo detonante es el estrés. El estrés es uno de los factores más desencadenantes de las enfermedades del hombre, al producir una disminución del sistema de defensa del cuerpo. ¿Cuántos de nosotros hemos sentido estrés profundo, en una situación que no es necesariamente peligrosa?. El estrés es una reacción sana del cuerpo que nos agita para poder responder ante una situación que involucra nuestra integridad y nuestra supervivencia, pero en nuestra cultura, la mayoría de nosotros no notamos los efectos del estrés crónico con que vivimos todos los días: trabajos exigentes, tensión matrimonial, falta de sueño, demasiadas cosas para hacer y poco tiempo. Y la lista continúa.
La persona promedio trabaja aproximadamente entre 9 y 10 horas diarias, come mal, duerme menos, algunas estudian a la vez, lo que significa sacrificar días de descanso y reparación para el cuerpo, sin mencionar el poco ejercicio, las malas posturas, el tabaco y el alcohol, y el efecto de las sustancias medicamentosas sobre órganos como el hígado y los riñones. Normalmente tampoco podemos nutrirnos de las relaciones interpersonales, ya que hay poco tiempo para dedicar a los hijos y la familia. Se madruga mucho y se llega muy tarde, la rutina nos absorbe por completo. Con todo esto el estrés al que nos sometemos es muy intenso, todo esto hace que nuestros cuerpos carezcan de equilibrio emocional, mental y físico, nos sentimos abrumados sin saber como responder y que hacer para evitar que múltiples enfermedades se unan a esta intrincada red de eventos que sabotea nuestra integridad como seres humanos.
Cuando nos sometemos a estrés constante se puede llegar a una resistencia a la insulina, a altos niveles hormonales, lo cual lleva a la alteración del metabolismo. Se puede subir o bajar excesivamente la tensión arterial, se puede padecer insomnio, mareo, problemas para concentrarse, fatiga, ansiedad, retención de líquidos, ataques de pánico, debilidad y nerviosismo, entre otras. ¿ Has experimentado últimamente alguno de estos síntomas?.
Con el tiempo, las conexiones cerebrales que comandan funciones como las digestivas se ven muy afectadas produciendo estreñimiento o diarreas sin explicación aparente, colon irritable, etc. La lista de las enfermedades producidas por la cascada de químicos que se liberan en el torrente sanguíneo y que alteran las funciones de muchos órganos y células del cuerpo es muy alta. Van desde las fibromialgias y enfermedades autoinmunes, a los resfriados más comunes.
Lo interesante de todo esto es que es muy sencillo empezar a liberar la tensión y ser más saludables. El masaje por excelencia ayuda a fortalecer el cuerpo y su sistema inmunitario, libera el estrés muscular, puede ayudar a dar tonicidad y a mejorar la concentración a través de la relajación. Con diferentes técnicas puede ayudar a desintoxicar el cuerpo, aumentando el flujo de la linfa, puede mejorar el estreñimiento si se realiza un desbloqueo de colon, combate la depresión y los estados de ánimo negativos, elimina el embotamiento, por la liberación de endorfinas ayuda a combatir el dolor y aumenta la sensación de bienestar. Un masaje alivia enormemente los dolores de cabeza, dolores musculares, alergias y lesiones deportivas. El masaje es desde hace milenios la mejor herramienta para mejorar la salud, y después de tantos siglos aún no existe nada que lo iguale.
Y entonces como podemos ayudarnos a tener una mejor salud?. No importa la enfermedad que tengas, aunque claramente hay que tener presente que algunas tienen contraindicado el masaje en ciertas zonas, pero en general, ayuda en el 95% de las enfermedades.
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